
La existencia del infierno está presente tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento como un lugar de tormento.
Antiguo Testamento
Isaías 66:24:
«Y saldrán, y verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí; porque su gusano nunca morirá, ni su fuego se apagará, y serán abominables a todo hombre.»
Este versículo describe un lugar de castigo eterno, donde el gusano y el fuego no se apagan.
Daniel 12:2:
«Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.»
Aquí se menciona la resurrección para vida eterna o para condenación, sugiriendo la existencia de un castigo eterno.
Salmos 9:17 (9:18 en algunas versiones):
«Los malos serán trasladados al Seol, Todas las gentes que se olvidan de Dios.»
El «Seol» es el lugar de los muertos, una referencia que a menudo se asocia con un destino sombrío para los malvados.
Nuevo Testamento:
Mateo 25:46:
«E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.»
Jesús habla claramente de un castigo eterno en contraste con la vida eterna.
Marcos 9:43-48:
«Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.»
En este pasaje, Jesús describe el infierno como un lugar donde el fuego nunca se apaga y donde el sufrimiento es continuo.
Lucas 16:19-31 (Parábola del rico y Lázaro):
«Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.»
Aunque algunos interpretan este relato como una parábola, describe a un hombre rico que, después de morir, se encuentra en tormentos en el Hades, lo que muchos consideran una representación del infierno.
Apocalipsis 20:14-15:
«Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.»
El «lago de fuego» es una imagen del castigo eterno, reservado para los condenados.
¿Qué argumentos utilizan algunos para negar que el infierno no es un lugar de tormento?
1. Interpretación del «Seol» y «Hades» como un estado de inconsciencia:
Argumento:
- «Seol» y «Hades» se refieren al lugar de los muertos donde las almas están en un estado de inconsciencia, sin sufrimiento ni conciencia.
Objeciones:
- Lucas 16:19-31 (Parábola del Rico y Lázaro): Aunque algunos consideran esta historia una parábola, Jesús describe al hombre rico en el Hades experimentando tormento consciente, lo que contradice la idea de que Hades es simplemente un estado de inconsciencia. Este pasaje muestra que los muertos pueden estar en un estado de sufrimiento consciente.
- Apocalipsis 20:13-15: Aquí se describe cómo la muerte y el Hades entregarán a los muertos que están en ellos para ser juzgados, y los que no están inscritos en el libro de la vida serán arrojados al lago de fuego. Esto sugiere que el Hades es un lugar temporal de castigo que precede el juicio final y el castigo eterno, lo que implica una existencia consciente.
2. La Justicia y el Amor de Dios como incompatibles con el tormento eterno:
Argumento:
- Un Dios amoroso y justo no castigaría a las personas con un tormento eterno.
Objeciones:
- Mateo 25:46: Jesús dice: «E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna». Este versículo vincula el castigo eterno con la misma duración que la vida eterna, lo que refuerza la idea de un castigo perpetuo.
- 2 Tesalonicenses 1:9: «Los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder.» Aquí, la «eterna perdición» implica un castigo continuo y consciente, que refuerza la justicia de Dios al castigar a los malvados que rechazan su gracia.
3. Interpretación del «lago de fuego» como destrucción total o aniquilación:
Argumento:
Algunos, como los Testigos de Jehová, enseñan que el «lago de fuego» mencionado en Apocalipsis 20:14-15 simboliza la destrucción completa o la aniquilación, no un tormento eterno.
Objeciones:
- Apocalipsis 20:10: «Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.» Este versículo claramente describe un tormento eterno, no una destrucción instantánea o aniquilación.
- Mateo 25:41: Jesús dice: «Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.» Jesús vincula el fuego eterno con un castigo perpetuo, reservado para los condenados, lo que sugiere que el lago de fuego es un lugar de tormento consciente.
4. La Parábola del Rico y Lázaro como alegoría no literal:
Argumento:
- La parábola del rico y Lázaro es una ilustración simbólica, no es una enseñanza literal sobre el estado de los muertos.
Objeciones:
- Lucas 16:23-24: Aunque se considere una parábola, Jesús usa esta historia para ilustrar una realidad espiritual: «Y en el Hades, alzó sus ojos, estando en tormentos… y él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí.» El rico experimenta un sufrimiento consciente después de la muerte. Jesús no corrige la idea de tormento consciente en esta ilustración, lo que sugiere que quiere que sus oyentes entiendan esta realidad. Además, Jesús usó parábolas para enseñar verdades espirituales profundas, y el hecho de que en esta parábola se mencione un sufrimiento consciente después de la muerte refuerza la realidad del infierno como lugar de castigo.
5. Rechazo de la Inmortalidad del Alma:
Argumento:
- El alma no es inmortal y los muertos están inconscientes hasta la resurrección, por lo tanto, no pueden sufrir en un infierno.
Objeciones:
- Mateo 10:28: «Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.» Aquí, Jesús distingue entre el cuerpo y el alma, sugiriendo que el alma tiene una existencia consciente más allá de la muerte física y puede ser castigada en el infierno.
- Apocalipsis 6:9-10: «Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?» Este pasaje muestra que las almas de los mártires están conscientes y clamando a Dios, lo que implica que las almas tienen una existencia activa después de la muerte.
Como hemos estudiado, los argumentos bíblicos presentados por los que niegan que el infierno es un lugar de tormento pueden ser refutados al examinar más de cerca el contexto y las enseñanzas claras de la Escritura.
El Nuevo Testamento, en particular, presenta de manera consistente la realidad de un lugar de castigo eterno para los malvados, que es compatible con la justicia y santidad de Dios.