COLABORADORES Y SIERVOS DE UNA IGLESIA SOSTENIDA POR CRISTO (1 Corintios 3:1-9) | Carlos Preciado


Pablo en esta carta está tratando con el problema de la división que había en esta iglesia local de Corinto, la cual estaban armando sus grupos, formando partidos, es decir inclinando un afecto y seguimiento desmedido a ciertos líderes, los cuales a su punto de vista les cae mejor o les gustaba su forma de hablar o de ser, es ahí que comenzaron a dividirse y a cuestionarse uno a otros.

Pablo en busca de hallar una solución, les dice que tenían que mirar la cruz de Cristo, donde está el poder y la sabiduría de Dios, mas no usando la sabiduría mundana como lo estaban haciendo ellos, en medir a los líderes bajo estándares del mundo.  Con este les derriba aquel pensamiento mundano que ellos tenían.  Así que el argumento de Pablo es que no se trataba de que un grupo era mejor que el otro, sino que todos estaban mal por estar lejos de la cruz de Cristo, lo cual es una vía insensata ya que el mundo, el hombre natural, sin el Espíritu Santo es incapaz de reconocer la sabiduría de Dios, es algo absurdo para ellos.

Entonces esa actitud de lo Corintos usando esos estándares del mundo, se estaban comportando como ellos (como el hombre natural, un no creyente) lastimando a sus hermanos, la Iglesia de Cristo, por eso Pablo les dice que cuando él les hablo no fue con excelencia de palabras, sino manteniendo el mensaje de la Cruz de manera clara, luego les dice que hay una sabiduría espiritual la cual la entienden aquellos que han alcanzado madurez, no capacidad, sino la misericordia de Dios que ha iluminado en sus corazones la luz del evangelio, los cristianos que entienden la sabiduría de Dios. Entonces es ahí que dice que hay dos clases de personas en los versículos finales del capítulo 2: el hombre natural, aquel que aún no ha sido regenerado por el Espíritu Santo, por ende no tienen un claro entendimiento correcto de la cruz de Cristo y esta también el hombre espiritual, aquel que el Espíritu Santo ha dado vida a través de la palabra de la Cruz, respondiendo a las demandas del evangelio (arrepentimiento y fe) y ahora vive para Dios.

Es así como estos hermanos que habían sido justificados por Cristo, el Apóstol les va a declarar que no les pudo hablar como a personas espirituales (creyentes), debido a sus actitudes carnales, como las de un no creyentes, les tuvo que alimentar acorde a su capacidad, Pablo les va a justificar su acusación dando evidencias de su comportamiento, pero también les va a decir que los líderes por los cuales ellos se estaban inclinando, cada uno de ellos estaban trabajando en lo asignado por su Señor el cual sostiene a su iglesia, donde nadie es más que otro, más bien hay igualdad y recompensa individual por Dios Por su labor, ellos se consideraban simples colaboradores de Dios en su terreno.

El propósito de este sermón es que tanto los ministros, como los miembros de la iglesia local, puedan tener presente que la Iglesia no le pertenece al hombre, sino a Dios, donde él usa a quien le plazca como sus siervos y colaboradores.

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