EL MANDATO DE AMAR A NUESTROS HERMANOS (1 Juan 2:7-11) | Edgar Anastacio
Si decimos que conocemos a Dios, entonces debemos cumplir sus mandamientos y uno de sus mandamientos es amar a nuestros hermanos. Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio; este mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio. Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra. El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos. El que no ama a su hermano realmente no es un creyente genuino. El que ama a su hermano permanece en la luz que es Cristo.