EL MISTERIO DE INIQUIDAD PARA LOS QUE SE PIERDEN (2 Tesalonicenses 2:7-12) | Pastor Carlos Goya
La exposición de estos pasajes están dentro del contexto del capítulo 2, este mensaje es pues una continuación del anterior.
El apóstol Pablo está dando detalles necesarios para que los Tesalonicenses no se dejen perturbar ni se alarmen tan fácilmente por los que dicen que el día del Señor ya ha comenzado.
Hoy existen muchas falsas religiones y falsos maestros que enseñan que Cristo ya ha venido, o que ponen fechas para su regreso, y el resultado es confusión, terror y alarma.
Pero la enseñanza es clara en el v.3: No se dejen engañar por lo que dicen. Pues aquel día no vendrá hasta que haya una gran apostasía contra Dios y se dé a conocer el hombre de pecado, aquel que trae destrucción.
Es decir que Pablo está dando detalles que deben darse antes de la venida del Señor. Aunque NO hay una fecha exacta de su regreso, si tenemos detalles que nos advierten cada día más que el tiempo de su venida se acerca.
El “día del Señor”, será imprevisto para muchos que digan paz y seguridad, pero NO para los creyentes, quienes estaremos velando y orando.
1Ts 5:2-6: Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios.
Previo a su segunda venida habrá una gran apostasía, tal como fue explicado en el mensaje anterior en 2 Ts2:3. Esta palabra apostasía significa rebelión, abandono, deserción de la verdad, o de una manera más sencilla abandono de la fe y alejamiento doctrinal.
1Ti 4:1: Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;
El alejamiento doctrinal que hoy vemos, es una ante sala de una apostasía mucho mayor, y junto con esa gran apostasía, aparecerá en escena, el Anticristo.
1Jn 2:18: Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo.
Pablo ya había hablado estas cosas a los tesalonicenses y estos hermanos estaban adelantados a nosotros en cuanto a escatología. Este es el misterio de iniquidad ya estaba en acción, pues la evidencia de las herejías y los falsos Cristos al final del primer siglo era evidente.
Hasta el día de hoy, este misterio «no plenamente manifestado» sigue en accionar, pero aún no se ha manifestado la venida del Anticristo, o el hombre de pecado, que tiene un perfil bien detallado por el apóstol Pablo.
2Ts 2:4: el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.
Hoy continuaremos con el contexto de este segundo capítulo, dando mas detalles sobre este misterio de iniquidad, pero con una tranquilidad para los santos, porque así como hay un misterio de la piedad para los que se salvan, hay un misterio de iniquidad para los que se pierden.
El título de esta enseñanza expositiva es: El misterio de iniquidad para los que se pierden.
Estudiaremos el pasaje en estos encabezados:
- El misterio de iniquidad limitado
- El misterio de iniquidad manifestado
- El misterio de iniquidad derrotado
Nuestro pasaje de estudio en esta tarde es 2 Tesalonicenses 2:7-12
Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.