EL QUE VIENE A MÍ Y OYE MIS PALABRAS(Lucas 6:46) | Pastor Carlos Goya


Grandes multitudes seguían a Jesús. Él les enseñaba y tenía compasión por todos ellos, porque los veía como ovejas sin pastor. Necesitaban alimentarse del pan de vida que Dios había enviado del cielo, necesitaban como la mujer del pozo beber el agua de vida que brota para vida eterna, necesitaban la luz que los guíe en medio de las tinieblas de este mundo. 

Por eso él les enseñaba y les hablaba a sus corazones y sus mentes. Pero también junto con la enseñanza que ellos escuchaban les insistía a que obedezcan sus palabras.

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