EXCLUYENDO Y SEPARANDO A FALSOS CREYENTES (1 Corintios 5:9-13) | Pastor Carlos Goya


El capítulo 5 de la carta primera a los Corintios, nos ofrece mandatos específicos para la iglesia local acerca de como tratar bíblicamente con el pecado en la iglesia. El caso en cuestión es el pecado grave de fornicación donde alguno tiene la mujer de su padre, y donde la iglesia había tolerado este pecado, en vez de haber expulsado al pecador.

La iglesia por tanto debe:

1) denunciar el pecado y no solaparlo o encubrirlo;

1Co 5:1-2: De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre. Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción?

2) disciplinar y corregir el pecado, por medio del juicio de la iglesia;

1Co 5:4-5: En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.

3) eliminar toda actitud pecaminosa, porque el pecado corrompe la iglesia.

1Co 5:6-7: No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa.

La iglesia debe: denunciar, disciplinar y eliminar el pecado, pero Pablo agrega también un aspecto clave para identificar a estos falsos creyentes, los cuales una vez reconocidos como falsos hermanos, deben ser excluidos de toda comunión y separados de la iglesia local.

El título de este mensaje es: EXCLUYENDO Y SEPARANDO A FALSOS CREYENTES

Estudiaremos este pasaje en dos encabezados:

  1. EXCLUYENDO A FALSOS HERMANOS DE TODA COMUNIÓN
  2. SEPARANDO A FALSOS CREYENTES DE LA IGLESIA LOCAL

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