LA EXCUSA MORAL DEL HOMBRE (Romanos 2:12-13) | Pastor Carlos Goya
Así como la justicia de Dios se revela en el evangelio, también sucede lo mismo con la ira de Dios pues el evangelio es el anuncio tanto de la gracia como de la justicia, la misericordia y la ira.
Esto es de suma importancia en nuestra proclamación. Nuestro entendimiento bíblico sobre la NECESIDAD DE LA JUSTICIA DE DIOS, hace la diferencia entre un evangelismo pasivo y ocasional, y el de un evangelismo intencional que proclama con vehemencia la necesidad de venir a Cristo. Pablo, que una vez que fue converso proclamaba a Cristo con prontitud.
En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios. Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es éste el que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y a eso vino acá, para llevarlos presos ante los principales sacerdotes? Pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo. (Hch 9:20-22)
Tenemos un entendimiento más profundo de la gracia y misericordia de Dios cuando queda contrastada con su ira, castigo y condenación, y debe poner en nosotros la gran necesidad de anunciar Su justicia en la obra de Cristo para salvar a los perdidos, proclamando Su evangelio para salvación de las almas.
La proclamación de la ira de Dios podrá traer muchos corazones a un verdadero arrepentimiento y así conocer la gracia de Cristo. Pero lamentablemente el hombre natural rehusará aceptar su estado de condenación. Si vamos a considerar en nuestro evangelismo el contenido de estos primeros capítulos de la carta a los Romanos, debemos estar preparados para argumentar bíblicamente contra la propia justicia moral del hombre. Esta es LA EXCUSA MORAL DEL HOMBRE, con la que tratará de justificarse a sí mismo como alguien que es bueno y justo ante Dios y que se merece su salvación.