LA FE QUE ES CONTADA POR JUSTICIA (Romanos 4:1-12) | Pastor Carlos Goya
¿Cuál es la fe que es contada como justa? O ¿Con cual fe Dios me declara justo?
El Espíritu Santo inspiró divinamente al apóstol Pablo para explicarnos la doctrina de la justificación y respondernos a estas preguntas que son necesarias para nuestra vida en Cristo, porque podemos estar caminando en una vida de fe que NO evidencia una fe salvadora, sino solamente una fe meramente intelectual o emocional.
¿Cuál es la fe que Dios cuenta como justa ante Él? Es la fe de nuestro Señor que se nos atribuye a nosotros, pero debes saber que esa fe es tomada en cuenta por Dios cuando confiamos en él y nuestra vida evidencia las obras necesarias que acompañan la vida de fe de todo creyente verdadero.
Pablo toma el ejemplo de Abraham, como padre de la fe, para hacernos entender la justicia que recibió de parte de Dios y como esta justicia atribuida se evidencia por una vida de obediencia.
El título de este mensaje es: LA FE QUE ES CONTADA POR JUSTICIA
Estudiaremos este pasaje del capítulo 4 de Romanos, versos del 1 hasta el 12.
Revisaremos este mensaje en dos encabezados:
- LA FE QUE ES CONTADA POR JUSTICIA CREE EN EL QUE JUSTIFICA
- LA FE QUE ES CONTADA POR JUSTICIA PRIMERO CREE Y LUEGO OBRA
Haciendo un breve recuento, en el mensaje anterior estudiamos como la justicia de Dios por la fe, es testificada por la ley y los profetas, aplicada gratuitamente por gracia mediante la redención en Cristo y confirmada por la ley de la fe, pues aunque NO podamos guardar perfectamente la ley de Dios, por la fe en Cristo y su muerte en nuestro lugar, la ley es cumplida perfectamente.
Nuestro pasaje de estudio es Romanos 4: 1-12
¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne? Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios. Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, diciendo:
Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas,
Y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado. ¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para los de la circuncisión, o también para los de la incircuncisión? Porque decimos que a Abraham le fue contada la fe por justicia. ¿Cómo, pues, le fue contada? ¿Estando en la circuncisión, o en la incircuncisión? No en la circuncisión, sino en la incircuncisión. Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia; y padre de la circuncisión, para los que no solamente son de la circuncisión, sino que también siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado.