LA LUZ DE LOS HOMBRES (Juan 8:12) | Pastor Carlos Goya
Si no existiera la luz, no serviría de mucho el poder ver con nuestros ojos. Todas las cosas que vemos con nuestros ojos es gracias a la luz que tenemos.
Por la luz tenemos definición de las cosas que vemos. Gracias a la luz tenemos una realidad de las cosas dentro del mundo donde vivimos.
En términos físicos, la luz es una forma de energía que ilumina las cosas y que las hace visibles para nuestros sentidos. Si no hay una luz que nos permita ver las cosas, entonces todo está en oscuridad y tinieblas.
Desde luego una luz física tiene un alcance limitado, pero ¿Cómo debemos entender que Jesús decía de sí mismo que Él es «la luz del mundo»?¿Cómo una luz como esta puede afectar a todo el mundo? El mundo aquí es una referencia a toda la humanidad. Así como la luz física da claridad y certeza de las cosas materiales, Jesús como luz alumbra a todos los hombres en un sentido espiritual.
Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. (Juan 8:12)