MI LIBERTAD EN CRISTO PARA AGRADAR A MI HERMANO (Romanos 15:1-13) | Pastor Carlos Goya
Judíos creyentes débiles en su fe, practicaban aún sus ceremonias y rituales religiosos. Gentiles creyentes débiles en su fe, eran todavía influenciados por las costumbres paganas de su anterior vida sin Cristo.
Con todo esto, los hermanos que habían comprendido su libertad en Cristo, menospreciaban a estos hermanos más débiles. Recordemos la orden del apóstol.
Debemos aceptar al débil en su fe. Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. (Ro 14:1) Siendo débiles o siendo fuertes, es Dios quien nos mantiene firmes.
¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme. (Ro 14:4)
Si te consideras un hermano fuerte en tu fe, felicidades porque comprendes mejor tu libertad en Cristo, pero NO pongas tropiezo al más débil, sino acógele, anímale, exhórtale y no destruyas la obra del Señor. Es mejor no hacer nada en que tropiece tu hermano.
Para todos en el Señor, el reino de Dios no es comida, ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu. Y todo lo que Dios creó es bueno y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias, pues Dios lo santifica por Su palabra y la oración.
Las cuestiones ceremoniales por diferencias en comidas, bebidas y días de reposo que había en los creyentes en Roma, no debían destruir la unidad de la iglesia, pero esto NO justifica el pecado y la negligencia cristiana que si debe de corregirse. Digo esto porque muchos mal usan este capítulo para enmascarar el pecado como inmadurez.
Pero queda algo más de parte del apóstol. Mi libertad en el Señor NO es para complacerme a mí mismo, sino que es para AGRADAR A MI HERMANO, y tengo el ejemplo de Cristo que no buscó complacerse a sí mismo, y la provisión de los que confían en el “Dios de toda esperanza” en gozo y paz.