NADIE SERA JUSTIFICADO POR LAS OBRAS DE LA LEY (Romanos 3:1-20) | Pastor Carlos Goya
Cuando las personas escuchan una sentencia como la que leímos en el verso 20, “por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él”, lo primero que viene a sus mentes es que esto NO APLICA CONMIGO PORQUE DIOS ES UN DIOS DE AMOR.
Pablo ha venido tratando la condición caída del hombre en dos grandes grupos «los que pecan sin ley y los que pecan bajo la ley» y para ambos grupos, donde se reúnen a todos los hombres, el final es el mismo: condenación eterna.
En el mensaje anterior se abordó enfáticamente que aún aquellos que ponen la jactancia de justificarse por tener la ley escrita de Dios, como los judíos, están condenados. Ni su raza, ni su aparente conocimiento superior, ni sus ritos como la circuncisión los podrán excusar ante Dios y esto es también una advertencia para la iglesia del Señor.
Hoy estudiaremos en estos versos varios argumentos en contra u objeciones que Pablo expone a manera de preguntas, pero que al final llegan a una sentencia final: TODOS ESTAN BAJO PECADO Y NADIE SERÁ JUSTIFICADO POR LAS OBRAS DE LA LEY.
Título: NADIE SERA JUSTIFICADO POR LAS OBRAS DE LA LEY
Encabezados:
- Objeciones de porqué soy juzgado 1-8 (objetor que argumenta en contra y Pablo responde a las objeciones)
- Sentencia final para toda la humanidad (9-20)
- Todos están bajo pecado 9-18
- Nadie será justificado por las obras de la ley 19-20
Nuestro texto de estudio:
Romanos 3:1-20
¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de qué aprovecha la circuncisión? Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios. ¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios? De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso; como está escrito:
Para que seas justificado en tus palabras,
Y venzas cuando fueres juzgado. Y si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿Qué diremos? ¿Será injusto Dios que da castigo? (Hablo como hombre.) En ninguna manera; de otro modo, ¿Cómo juzgaría Dios al mundo? Pero si por mi mentira la verdad de Dios abundó para su gloria, ¿por qué aún soy juzgado como pecador? ¿Y por qué no decir (como se nos calumnia, y como algunos, cuya condenación es justa, afirma que nosotros decimos): Hagamos males para que vengan bienes? ¿Qué, pues? Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado. Como está escrito:
No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda.
No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles;
No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta;
Con su lengua engañan.
Veneno de áspides hay debajo de sus labios; Su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre; Quebranto y desventura hay en sus caminos; Y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos. Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.