AGRADECIENDO POR LA GRACIA CONCEDIDA EN CRISTO 1/2 (1 Corintios 1:4-9) | Edgar Anastacio
Pablo apóstol de Cristo inicia y dirige esta carta de Primera de Corintios a la Iglesia: 1 Corintios 1:2 «a la iglesia de Dios que está en Corinto«.
La Iglesia es de Dios y es una, es universal, y en este caso localmente y visiblemente estaba en territorio Corinto a los santificados en Cristo Jesús, los Santificados, aquellos individuos que por Fe creyeron en Cristo y que por la Obra de Cristo ya tienen la posición de ser Santificados por Dios llamados a ser santos.
Estos creyentes tienen el llamado responsable a ser Santos, a vivir como separados para Dios, separados del mundo, vidas consagradas para Dios con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro: la Iglesia universal de Dios en todo lugar, la Iglesia universal invisible que se hace visible en una iglesia local, porque invocamos el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Amados el contexto en el verso 2, nos lleva a recordarnos cuál es nuestra posición en Cristo, somos Iglesia de Dios, iglesia reunida de Santificados llamados a ser Santos en esta vida terrenal, nuestra posición como creyente en la práctica cristiana se debe basar en lo ya somos por esa obra de Gracia de Dios a favor de sus Santos; de eso se trata nuestro mensaje, agradecer esa Gracia de Dios que se ha sido dada, que ha sido concedida por nuestro Dios de Gracia.
Nuestro Sermón está basado en los versículos 4 al 9 de 1 Corintios 1, y tiene como título “Agradeciendo por la Gracia concedida en Cristo» y está basada en 5 verdades a la luz de este pasaje:
- La Gracia concedida por Dios, (v4)
- La gracia que nos ha enriquecido en Cristo, (v5)
- La gracia que nos afirma por la verdad de Cristo, (v6)
- La Gracia que nos hace responsable de sus riquezas, (v7a)
- La Gracia que nos preservara hasta el fin. (v7b,v8,v9)
Nuestro texto de estudio es 1 Corintios 1:4-9
Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuesto Señor Jesucristo; el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.