AGRADECIENDO POR LA GRACIA CONCEDIDA EN CRISTO 2/2 (1 Corintios 1:4-9) | Edgar Anastacio
La semana pasada iniciamos este sermón. Nosotros agradecemos por la gracia concedida por Cristo. Estudiamos los versos 4, 5 y 6. En estos versos hemos podido extraer 5 verdades.
En el verso 4, pudimos comprender que la gracia de Dios ya es un acto hecho o realizado. Esta es la gracia salvadora que hemos recibido en Cristo Jesús. En el verso 5, pudimos exponer que aquella gracia que Dios nos ha dado, nos ha enriquecido en Cristo. ¿Cómo es esto? Dios nos ha enriquecido espiritualmente en la manera que Él lo ha establecido.
En el verso 5, hemos sido enriquecido en toda palabra y toda ciencia. Nosotros tenemos la capacidad de poder expresarnos en toda palabra, toda ciencia y conocimiento. Hemos recibido la capacidad para memorizar su palabra. Con estas características el creyente debe poner en práctica estos dones dados por Dios, por medio del ministerio de la reconciliación que nos ha dado el Señor.
En el verso 6, vimos como la gracia de Dios en Cristo nos afirma por el testimonio de Cristo. Escuchando el evangelio hemos sido salvos. Esto es gracia. Dios nos ha confirmado por la gracia de la predicación del evangelio, que es el testimonio de Cristo en la cruz.
Y esta gracia que nos ha sido dada, en la primera parte del v. 7, nos hace responsables de sus riquezas. Nosotros los creyentes somos responsables de las riquezas que hemos recibido en Cristo.
Nuestros títulos de encabezado:
- La Gracia concedida por Dios. (v4);
- La gracia que nos ha enriquecido en Cristo (v5);
- La gracia que nos afirma por la verdad de Cristo. (v6);
- La Gracia que nos hace responsable de sus riquezas. (v7a);
- La Gracia que nos preservara hasta el fin. (v7b,v8,v9)
Nuestro texto de estudio:
1 Corintios 1:4-9
Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.