VIVAMOS PARA DIOS SIN OFENDER LA CONCIENCIA DEL PRÓJIMO (1 Corintios 10:23-33) | Carlos Preciado


Pablo había empezado su argumento en contra de comer carne sacrificada a los ídolos, el cual va llegando ya a su fín, lo va a terminar dando una recapitulación general de lo que se ha venido hablando en el Capítulo 8, 9, 10; donde se ha venido tratando acerca de la libertad cristiana.

  • ¿Cómo vivimos nuestro día a día Cristiano?
  • ¿Cómo practicamos nuestra libertad cristiana?
  • ¿En nuestra libertad tenemos el derecho de atropellar la conciencia del otro?
  • ¿Hay algo que limite nuestra libertad?
  • ¿Cuál debe ser nuestra motivación e todo lo que hagamos?

Hoy vamos a ver algunos principios necesarios a tener en cuenta al momento de ejercer nuestra libertad, la cual debe de ser equilibrada.
Pablo nos va a decir que la libertad que tenemos, hay que usarla con cuidado con lo que nos es permitido hacer, así como teniendo en cuenta el bien de los demás, que al momento de ejercerla lo hagamos sin ninguna clase de prejuicios, sabiendo que Dios es el dueño absoluto de todo, pero que habrá circunstancias en la cual debamos restringir nuestra libertad para proteger la conciencia del otro, en este ejercicio del uso de nuestra libertad debe haber la motivación correcta, para así no hacer tropezar, ni ofender a otros.

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