¿Nos da el Nuevo Testamento un patrón bíblico para la oración colectiva?

¿Nos da el Nuevo Testamento un patrón bíblico para la oración colectiva?

Sí, el Nuevo Testamento proporciona varios ejemplos y patrones para la oración colectiva.

Algunos pasajes clave incluyen:

  1. Hechos 1:14 – Los discípulos se reunían constantemente en oración.
    «Todos estos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.»
  2. Hechos 2:42 – La primera iglesia se dedicaba a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, al partimiento del pan y a la oración.
    «Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.»
  3. Hechos 4:24-31 – Los creyentes oraron juntos después de la liberación de Pedro y Juan.
    «Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay.»
  4. Hechos 12:12 – La iglesia oraba por Pedro mientras estaba en prisión.
    «Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan, que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando.»
  5. Efesios 6:18 – Pablo exhorta a orar en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu.
    «Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.»
  6. 1 Timoteo 2:1 – Pablo exhorta a Timoteo a que se hagan varios tipos de oraciones por todos los hombres, incluyendo a los líderes y autoridades. Esto sugiere que la oración debería ser una parte integral de la vida de la comunidad cristiana, y aunque el contexto inmediato es una instrucción a Timoteo, la naturaleza de la exhortación implica que estas oraciones se realicen en el contexto de la vida de la iglesia, lo cual incluye la oración colectiva.
    «Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.»

Estos pasajes muestran que la oración colectiva es un aspecto importante de la vida de la iglesia en el Nuevo Testamento. La práctica de reunirse para orar juntos, interceder unos por otros y buscar la dirección de Dios en comunidad es un patrón claro en las escrituras del Nuevo Testamento.

Tener una reunión distintiva, con el único propósito de traer la obra de la iglesia delante del Señor, señala nuestra total dependencia de Dios.

La oración común o colectiva es una parte esencial de este ministerio de todo el cuerpo local.