Observancia del mandamiento de la Santa Cena

Observancia del mandamiento de la Santa Cena

Las diferentes prácticas en cuanto a la participación en la Cena del Señor reflejan diversas interpretaciones y enfoques respecto a la comunión y la membresía en la iglesia.

Así tenemos por los menos tres prácticas diferentes de esta ordenanza:

1. Cena Abierta

La «Cena abierta» es una práctica que permite a cualquier creyente en Jesucristo, independientemente de su afiliación denominacional o membresía en la iglesia local, participar en la Cena del Señor.

Características:

  • Inclusividad: Cualquier persona que profese fe en Cristo y haya sido bautizada, aunque no sea miembro de la congregación local, puede participar.
  • Énfasis en la Unidad Universal: Esta práctica pone un fuerte énfasis en la unidad universal de todos los cristianos como el cuerpo de Cristo, más allá de las fronteras denominacionales o locales.
  • Responsabilidad Individual: Se confía en que cada participante examine su propio corazón y conciencia antes de participar (1 Corintios 11:28).

Consideraciones:

  • Desafíos en la Disciplina: La práctica abierta puede dificultar la implementación de la disciplina eclesiástica, ya que no hay control sobre la vida espiritual de los participantes no miembros.
  • Compromiso Doctrinal: Dado que las creencias pueden variar, existe el riesgo de que participen personas que no comprendan plenamente o no compartan la doctrina de la iglesia local sobre la Cena del Señor.

2. Cena Restringida

La «Cena restringida» permite la participación únicamente a aquellos que son creyentes bautizados y que están en comunión con una iglesia de la misma denominación o de una fe doctrinalmente similar.

Características:

  • Enfoque Denominacional: Se permite la participación a los miembros de iglesias que comparten las mismas creencias esenciales y doctrinas, incluso si no son miembros de la congregación local.
  • Doctrina y Comunión: Esta práctica busca mantener la pureza doctrinal y asegurar que aquellos que participan lo hagan con un entendimiento correcto de la Cena del Señor.
  • Cuidado Pastoral: Los líderes de la iglesia pueden discernir mejor si los participantes están en comunión y viviendo de manera coherente con su fe.

Consideraciones:

  • Unidad dentro de la Denominación: Fortalece la unidad entre congregaciones de la misma denominación o con creencias similares.
  • Posibles Exclusiones: Puede excluir a creyentes genuinos de otras denominaciones que, aunque comparten la fe en Cristo, tienen interpretaciones doctrinales ligeramente diferentes.

3. Cena Cerrada

La «Cena cerrada» es la práctica más restrictiva, en la cual solo los miembros oficiales de la congregación local tienen permiso para participar en la Cena del Señor.

Características:

  • Enfoque en la Membresía Local: Solo aquellos que han pasado por el proceso de membresía y están en buena comunión con la iglesia local pueden participar.
  • Pureza y Disciplina: Esta práctica facilita la disciplina eclesiástica y asegura que todos los participantes estén bajo la supervisión pastoral directa.
  • Responsabilidad Corporativa: Refuerza la idea de la membresía local como una expresión clara de la unidad con el cuerpo de Cristo.

Consideraciones:

  • Percepción de Exclusividad: Puede ser percibido como una práctica excluyente por otros creyentes que, aunque no son miembros locales, comparten la misma fe y compromiso con Cristo.
  • Protección de la Cena del Señor: Al restringir la participación a los miembros, la iglesia protege la santidad de la Cena y mantiene un control más estricto sobre quién participa.

¿Qué me dice la doctrina apostólica?

Desde una perspectiva bíblica, la Cena Restringida es el modelo que mejor equilibra los principios de unidad, pureza y responsabilidad pastoral tal como los enseñan Cristo y la doctrina apostólica.

Consideremos lo siguiente:

1. La Unidad del Cuerpo de Cristo

La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan. (1Co 10:16-17)

Esta unidad no solo es espiritual y universal, sino también local y visible en la comunidad de creyentes. Cristo y los apóstoles enseñaron que los creyentes deben participar en la Cena del Señor de manera que refleje esta unidad, evitando divisiones y conflictos dentro de la iglesia (1 Corintios 11:18-22).

2. Examen Personal y Disciplina

Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. (1Co 11:28-29)

La participación no debe ser tomada a la ligera, y es responsabilidad de la iglesia local asegurarse de que aquellos que participan lo hagan de manera digna, lo que implica vivir en comunión con Cristo y con la comunidad de fe.

3. Responsabilidad Pastoral

Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo; porque no os congregáis para lo mejor, sino para lo peor. (1Co 11:17)

Si alguno tuviere hambre, coma en su casa, para que no os reunáis para juicio. Las demás cosas las pondré en orden cuando yo fuere. (1Co 11:34)

La iglesia local tiene la responsabilidad de guiar, cuidar y disciplinar a sus miembros. Parte de esta responsabilidad incluye proteger la pureza de la Cena del Señor y asegurarse de que quienes participan lo hagan en un estado espiritual adecuado. Esto es más fácil de hacer dentro de una estructura de membresía definida. Pablo expone implícitamente un rol de liderzgo pastoral al corregir, enseñar y advertir a la iglesia en Corinto. Él advierte seriamente sobre los peligros de participar en la Cena del Señor de manera indigna.